
Quién no ha llamado a un taxi, a un Uber o ha tenido sexo… hasta ahí todo bien, pero si juntamos las dos palabras quizás vuestra cara sea como la mía al enterarme, no sabéis lo que uno aprende en este blog y más cuando se tira del hilo.
Desde que estamos todos conectados en las redes sociales, no podemos negar que el sexo ha tenido mayor accesibilidad. Dónde habrá quedado el sexo en Beta o VHS… de ahí pasamos a la televisión, con horarios imposibles y rombos. Y ahora desde nuestro teléfono móvil podemos ver porno a cualquier hora y sin tener que pagar.
Pero aquí llega la pregunta trampa, si se paga por sexo o morbo por ver a alguien que no es famoso, pero que te gusta por algo en especial, ¿lo llamarías prostitución?, porque quizás alguno ha enviado fotos subidas de tono a alguien como un juego, bien sea a su pareja, a la de otro… a alguien que te gusta y hay complicidad y así no nos lo parece.

Vamos a ver cuántos nos mojamos con este tema. Lo que está claro es que somos dueños de nuestro cuerpo y hay que disfrutar, pero en mi opinión hay una fina linea que separa ambas cosas. Pienso que la prostitución no es sólo cuando se paga aunque entiendo que muchas personas deciden ganarse un extra mostrando su cuerpo e interactuando con quienes pagan por verle en su canal, de éso trata el Uber sexo. En la plataforma de la que hablo hay más de 6 millones de usuarios, y sí, hay varios temas, pero el sexo es el rey, como en el rock es Elvis Presley. Los usuarios pagan una tarifa por ver a alguien que no es famoso y que decide cuánto quiere mostrar y a medida que sube la popularidad, la tarifa puede ser superior.
Pero mi curiosidad va más allá, por qué este nombre, de acuerdo, hablamos de otra clase de tráfico y de muchas ganas de curiosear, pero hay más detrás , hay una App donde el juego de relaciones por internet se define así aunque con otro nombre, y aquí ya cambia la cosa, subimos de nivel.
Si antes hablábamos del juego, mostrar el cuerpo a alguien, provocar con una foto, enviar un video subido de tono o interactuar con alguien que conoces en «momento calentón», bueno, lo vemos como un juego subido de temperatura, de ahí pasamos a la App donde hay una tarifa por ver a alguien que quizás enseñe o no su cuerpo, pero que cobra por ello. ¿Te imaginas encontrar a ese vecino o vecina que tanto te pone? yo creo que no pagaría por vergüenza, a ver si me lo voy a encontrar en el ascensor y ya ni la conversación del tiempo, me muero.

Subimos mucho más de nivel, imaginad que podéis solicitar un servicio sexual por geolocalización, bien, pues es algo así como las Apps que conocemos para ligar, buscar pareja o follar directamente pero con el añadido de que si tras hablar surge, pagas la tarifa, unos 250.-€ y quedas en un hotel… en un restaurante o donde se tercie, y además la App indica claramente que ellos sólo quieren que las personas se conozcan, si luego tienen sexo, no es su responsabilidad. Hombre, con ese precio… es un por si acaso.
Las que conocemos aquí, te cobran de otra manera, porque se paga el alta y a saber si son como en la foto. Hay gente que vive ahí, pasa el tiempo y sigues viendo las mismas caras juveniles y sonrientes, éso de «por tí no pasa el tiempo», creo que viene de estas páginas.
Estamos perdiendo «mirarnos», aunque sea con pensamiento impuro, muy impuro, de ésos que sonríes mientras piensas » te lo quitaba todo y no te libras». No tenemos tiempo pero sí para estar todo el día metidos en redes sociales. Sí, es más cómodo, no tienes que pasar por chapa y pintura, coger el coche … y sinceramente, nos estamos acomodando. Dónde ha quedado pensar dónde ir, buscar un plan, los nervios de la semana hasta que llega el día, abrir el armario repleto y no saber qué ponerte aunque te pongan.
Yo reconozco que estoy en redes sociales, pero cada vez menos, no quiero perderme el mundo aunque no sepa qué ropa sacar del armario. Me da igual lo que cada uno haga con su cuerpo y vida si éso le hace feliz, o se gana un extra mostrando parte de su piel. La vida es libertad, con demasiadas etiquetas. Quizás la palabra prostitución se ha quedado en el pasado y sea simplemente un intercambio consentido. Muchas veces nos hemos sentido utilizados y se han ido de rositas… Cada cual que haga lo que quiera en esta vida pero sin hacer daño o al menos siendo sincero. Que el saber lo que se quiere está en extinción.
El tiempo, qué importante es, y cuánto tiempo se llega a perder en esos escaparates de caras, cuerpos y tapas de wc sin bajar mientras algunos enseñan el torso desnudo sin respirar, o ellas con esas poses imposibles y la ropa sin recoger. (Las fotos dicen más de lo que se ve a primera vista).

Yo prefiero pedir un taxi para ir a una cita, una buena conversación y un buen vino con luz tenue, y si hay sexo, que sea cómplice y sea el comienzo del cuento al revés. Cada cual empieza como quiere pero sobre todo, porque nunca sabemos con qué nos va a sorprender la vida.
Os invito a quedar en persona, mirarse a los ojos y disfrutar conociendo a alguien, con su tono de voz y gestos, para volver en taxi a casa aunque no tengamos sexo, pero sí una sonrisa de oreja a oreja y ese mensaje de buenas noches, que siempre se puede convertir en buenos días.
Espero leeros, a ver cuántos se mojan para poder responder a cada uno de vosotros.
Como siempre, un placer y aunque no sea muy ético, a veces paseo por las redes sociales y me encanta ver que veis las publicaciones o me escucháis en Radio a Bordo.
Hasta el próximo miércoles.
G & G
Para mi, que de puritano tengo lo justo, no me es lo mismo enseñar por dinero que enseñar por gusto. Me ponen las conservaciones subidas de tono, me ponen las fotos insinuando, mucho, y lo he hecho, pero de ahí a cobrar por enseñar o pagar por ver…. cada uno es libre.
Saludos,
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Totalmente de acuerdo. No es lo mismo hacerlo por gusto con quién uno quiere que tener un canal para que varias personas te vean. Exclusividad, se llama o amor propio.
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