
Ya sabéis que de vez en cuando me gusta sumergirme en la historia y contar aquello que me llama la atención o simplemente aprender de su cultura. Siempre me ha llamado la atención la cultura vikinga, por varias razones, porque se ha ido perdiendo paulatinamente en el tiempo y porque toda la información relativa al sexo o su sexualidad ha sido obviada en gran parte por los cronistas cristianos. Siempre tan pudorosos con lo ajeno pero luego saltándose todo lo que les interesaba. Y es que el sexo era pecado… no lo olvidemos.
La moral sexual de los vikingos ha sido mucho más abierta que la del resto de Europa, y es algo que siempre me ha despertado curiosidad. Se les tenía como personas rudas, pescadores o agricultores, pero hay algo cierto, muchos deberían aprender de su cultura y moral.
La poligamia estaba permitida, ellos podían tener varias concubinas para su satisfacción sexual, e incluso tenían sexo delante de otras personas, ese pudor que muchos podemos sentir, ellos no lo tenían, su sexualidad era libre de cuerpo y mente. Incluso cada hombre podía tener dos mujeres y todos los hijos, tanto de una como de otra eran legítimos. El matrimonio se denominaba «more damico» y pese al cristianismo, estuvo vigente durante varios siglos. Muchas costumbres continuaban de forma clandestina. Antes por supervivencia y ahora en cambio, lo prohibido nos da morbo.

En la sociedad vikinga la mujer era muy respetada y si hablamos de su rol sexual, no era la propiedad de su marido y tenía gran libertad, algo de lo que carecían las mujeres del resto de Europa y además, siempre estaban unos cuantos peldaños por debajo del marido, siendo en muchos casos menospreciadas hasta la saciedad.
Podían divorciarse, y si era una mujer libre y la violaban, ese delito se pagaba con la pena de muerte sin contemplación alguna. Normalmente eran las mujeres las que decidían divorciarse, ya que ellos tenían que devolver la dote y no les salía rentable económicamente. Así como los padres decidían el matrimonio, finalmente ellas podían decidir si ese matrimonio seguía o no, al igual que ellos.
¿Os imagináis poder solicitar el divorcio por insatisfacción sexual sin ser cuestionadas o cuestionados? más de uno/a lo ha pensado alguna vez porque alguien no funcionaba, o incluso volver a casarse sin dar más explicaciones, ésas que tanto piden muchas personas o se dedican a poner zancadillas porque quizás … tienen una deuda con el sexo, ¡disfrutarlo!.
Si hablamos de la sexualidad en su cultura, lo que preocupaba era la no descendencia, y el homosexual era visto como activo o pasivo, así de sencillo, y obviamente el pasivo salía mal parado porque ya no era el dominante y superior, y es que no hay que olvidar que muchos sacerdotes estaban vinculados con la homosexualidad y al dios Freyr, de ahí sus vestimentas y peinados femeninos. Magia, sexualidad, folklore germánico y leyendas, una mezcla que no deja indiferente. Sin duda una cultura a la que investigar y de la que aprender a ser libre, ya que ahora somos más esclavos que antes en lo que a sexualidad se refiere. El qué dirán, éso no está bien… y es que el sexo es libertad de mente y cuerpo, si no seguiremos anclados y no disfrutaremos de nuestros cuerpos tanto solos como acompañados.
Y a medida que me sumerjo en las diferentes culturas, me doy cuenta que la mentalidad abierta respecto al sexo es una maravilla, sin tabúes, ésos que aún nos invaden, no sé si por cultura, porque vamos como los cangrejos o porque los miedos nos cierran las puertas del disfrute.
Y es que la mujer vikinga tenía la libertad de ser lo que quisiera, esposa, prostituta, lesbiana (siempre y cuando aportara descendencia), sin duda una cultura donde el hombre tenía su estatus y la mujer también, muchas de ellas al divorciarse vivían de las rentas de su patrimonio. No depender de nadie hace que el sexo sea aún mejor, os lo aseguro. La libertad sienta muy pero que muy bien.
Así que a volar y a dejarse llevar por lo que nos haga disfrutar, que a nuestra edad nos lo merecemos.
Así que saquemos todos ese lado vikingo que muchos tenemos, sobre todo por el tema de los tabúes, tenemos un cuerpo para disfrutar, una mente provocadora si la provocan, ganas de piel y de que se nos erice, ganas de…
Y como siempre, os espero el próximo miércoles, gracias por los correos y privados que me van llegando y que de forma anónima formarán parte del libro que va tomando forma, aún estáis a tiempo de enviarme vuestras experiencias más divertidas en lo que a sexo se refiere, anécdotas inolvidables y aquello que os gustaría leer en este pequeño libro.
Os leo y contesto, siempre es un placer hacerlo.
G & G