Nunca había tenido un encuentro así, donde las ganas lo eran todo, ganas de disfrutar de un vino, de conocer a esa persona, de verla, tocarla, abrazarla y dejarme llevar. Quizás suene atrevido, pero mi cuerpo necesitaba locura, de las que te hacen sentir vivo, locura sana, sin saber el destino, y que a vecesSigue leyendo «Sueño o realidad…»